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Vivir en primera línea: un estudio busca visibilizar qué riesgos enfrentan las personas en el día a día

En la mayoría de países, vivir en primera línea implica convivir con la inseguridad y fragilidad, la informalidad y la complejidad; significa enfrentarse diariamente a desastres de pequeña escala, y conlleva poseer la capacidad de absorber, adaptarse y transformar la vida para responder a estos desastres del día a día.

http://elgrillo.do/Por Andrea Verdeja y Ana Paola van Dalen

30 octubre 2015 | Publicado : 30 oct 2015 - 10:32 | Actualizado: 30 oct 2015 - 10:41

Las personas que habitan en la primera línea suelen ser héroes y heroínas cotidianos/as que pertenecen a comunidades resilientes a los micro-desastres.

Los micro-desastres son aquellos desastres de pequeña escala que ocurren de manera cotidiana y permanecen invisibles frente al ojo público. Con frecuencia no se denuncian ni registran y por ello carecen de apoyo, por lo que son las propias personas y comunidades las que dan la primera y única respuesta. Por ejemplo, frente a la sequía rural reiterada, un/a agricultor/a adapta su vida para alimentar a su familia, por lo que tendrá que vender otros productos, utilizar nuevas semillas más resistentes a la sequía o cambiar de oficio. Pese a no visibilizarse, estos desastres del día a día son (c) Ana Paola van Dalenresponsables del 40% del total de pérdidas anuales causadas por desastres a nivel global.

En numerosas ocasiones, los micro-desastres son consecuencia directa de estrategias de desarrollo nacionales o mundiales, las cuales están diseñadas para beneficiar a intereses particulares. Por ejemplo, en Monte Cristi, en la comunidad de Recta de Sanita, los vecinos tienen problemas respiratorios causados por la fumigación de las plantaciones de arroz aledañas a sus casas. Y estos mismos vecinos tienen, también, enfermedades provocadas por los mosquitos que se reproducen en las aguas estancadas de los arrozales.

En Batey 6, comunidad cercana a Tamayo (Bahoruco), vive Don Alfredo, de 58 años. Para este vecino de Batey 6, los desastres que más afectan a su comunidad son los robos y la violencia; a don Alfredo le han robado los chivos en varias ocasiones y ha tenido que comprarlos de nuevo. A doña Fidelina, que vive en Batey 8 y tiene 6 nietos en casa, lo que más le afecta es la micro-sequía que azota a la zona desde el 2013, tras el paso del huracán Sandy. “Los conucos están secos, muertos. Ya no hay conucos y no hay víveres para comer,” explica Fidelina. Y unos cuantos quilómetros más arriba, en la loma de Las Cañitas, Margarita también habla de la sequía, pero ella, además, ha sufrido otro desastre: la Roya del café, un parásito que acabó con toda su plantación. Ahora Margarita ha empezado a plantar café nuevamente, gracias a la variedad Catimor, que es tolerante al impacto de la Roya.

Precisamente para visibilizar riesgos como éstos a los que se enfrentan los vecinos de Recta de Sanita, Batey 6, Batey 8 y Las Cañitas, surgen estudios como Primera Línea, impulsado por la Red Global de Organizaciones de la Sociedad Civil para la Reducción de Desastres (GNDR, en sus siglas en inglés). Primera Línea ya ha sido puesta a prueba en 14 países de América Latina y ha recogido las voces de más de 13000 personas. Los resultados de estos estudios destacan las realidades complejas de amenazas múltiples y de inseguridad a las que se enfrentan las personas en el ámbito local, y la prioridad de las amenazas ambientales, económicas, sociales y políticas asociadas a los desastres cotidianos. Según las encuestas Primera Línea realizadas en América Latina, el 90% de los desastres que las personas entrevistadas priorizaron son los desastres cotidianos. “Este resultado se reafirma con la observación de UNISDR (Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres) de que el 99% de los registros de desastres se atribuyen a riesgos extensivos (aquellos que son persistentes y de baja intensidad), y que éstos son los responsables del 13% de la mortalidad y del 42% del total de pérdidas económicas”, afirma la GNDR en su presentación sobre Primera Línea.

En República Dominicana la GNDR implementó por primera vez el Primera Línea en 2009 y realizó un pilotaje a principios de 2015 con una nueva propuesta a través del Servicio Social de Iglesias Dominicanas. Con el fin de ampliar esta experiencia, las organizaciones de la sociedad civil que conforman el Foro de Gestión de Riesgos de la República Dominicana (entre las que se encuentran Oxfam, Plan International y Habitat para la Humanidad, entre otras) han continuado, con el apoyo financiero de la Unión Europea, un levantamiento de información a través de encuestas en 58 comunidades de 16 provincias del país.

El objetivo de implementar Primera Línea en República Dominicana es mostrar con cifras y ejemplos la magnitud de los desastres cotidianos que sufren las personas que viven en la primera línea, y así contribuir al desarrollo de un enfoque integral de la gestión del riesgo de desastres.

Andrea Verdeja es Oficial de Protección Humanitaria y Ana Paola van Dalen es Asesora de Comunicación del proyecto de gestión de riesgo de desastre “Ponte Alerta San Cristóbal”, el cual implementan Oxfam- Plan International y Hábitat para la Humanidad con el apoyo de la Unión Europea.

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