En San Cristóbal, así como en el resto del país, muchas de las viviendas, mejoramientos y adecuaciones, además de otras edificaciones menores, son construidas por un maestro de obras, tanto en los barrios y comunidades como dentro de las ciudades.
Por Ana Paola van Dalen
23 noviembre 2015 | Publicado : 15:01 (23/11/2015) | Actualizado: 15:02 (23/11/2015)
Juan Michel, Sonia Calderón, Joel Feliz y Segunda Lorenzo son 4 de los maestros constructores que se están capacitando desde hace dos meses. Cada uno de ellos tiene distintos tipos de trayectoria personal y experiencia profesional. “En la vida nos ponemos a correr hacia delante, sin parar. Y los albañiles no somos una excepción, también navegamos sin detenernos, trabajamos sin pensar. Por eso estoy tomando este curso, porque quiero aprender a trabajar con exactitud”, reflexiona Joel. Y añade, orgulloso: “Ahora ya sé los problemas que puede provocar un sismo en un edificio mal construido. Ahora sé cómo técnicamente puedo evitar las grietas”.
El curso les está preparando en todos los temas de la construcción desde el enfoque de la prevención de riesgo de desastre. Calidad y tipo de suelos, unidades de medida, buenas prácticas y técnicas constructivas, normas de construcción nacionales, medidas de seguridad y protección en obras, manejo adecuado de los materiales y herramientas, normas y procedimientos para instalaciones eléctricas y para instalaciones sanitarias, son algunos de los temas del curso. Además, los alumnos se dan cuenta que una mejor calidad en los materiales y las mezclas no siempre se traducen en mayores costes. Al contrario. “En el curso estamos aprendiendo a calcular mejor las cantidades, y por eso ahora gastamos mucho menos en la compra de los materiales necesarios”, comenta Sonia.
Sonia Calderón estudió derecho, pero desde hace 3 años trabaja como maestra constructora en su barrio, Madre Vieja. Sonia decidió ampliar la casa de su madre, y fue entonces cuando se dio cuenta que levantar paredes le gustaba y además podía ser una fuente de ingresos extra. Desde ese momento ha realizado algunas adecuaciones en las casas de sus vecinos. En cambio, Segunda Lorenzo lleva muchos años en el gremio, concretamente 22. En todos estos años ha realizado muchos y diversos tipos de construcción. Como ella explica, lo suyo “era puramente práctico, en el terreno. Pero ahora ya puedo leer planos. Incluso me he dado cuenta que la colocación de varillas, que yo creía que lo hacía correctamente, tiene una técnica específica. También he mejorado en la mezcla para vigas, zapata y losas”.
Juan Michel añade: “Este curso, además de proporcionarnos el enfoque de la prevención de riesgos de desastre, también tiene una perspectiva ética: pensar en la seguridad de nuestras comunidades, nuestros vecinos. Creo que no sólo nosotros debemos formarnos, también tendrían que tomar este curso los responsables de las instituciones y los ayuntamientos, aquellas personas que deberían supervisar nuestro trabajo.”
El próximo domingo 06 de diciembre, Juan, Sonia, Joel y Segunda, junto a los otros 131 albañiles, recibirán una certificación que los avala como maestros constructores capaces de construir edificaciones más seguras ante desastres. Para los 4 será el primer diploma que reciben en toda su trayectoria profesional.