Foto: Jaume Escofet
La Habana - Cuba, Martes 14 de junio de 2016 –Los desastres naturales son de los principales factores que obstaculizan el desarrollo de Cuba, razón por la que la gestión de riesgos acerca de estos se considera un asunto de importancia estratégica.
Así lo refieren los lineamientos de la Política Económica y Social del Partido Comunista de Cuba y su reciente actualización en el séptimo Congreso de la organización política.
En las dos últimas décadas, la mayor de las Antillas ha tenido pérdidas, producto de desastres, ascendentes a 30 mil 624 millones de dólares, motivo pragmático e ineludible que impulsa a elevar la resiliencia (en sicología, capacidad de las personas de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas) ante las catástrofes.
En este sentido, la coordinadora residente del sistema de Naciones Unidas en Cuba, Myrta Kaulard, elogió recientemente la importancia que el país le concede a la gestión de riesgo.
Al dirigirse a los participantes en el primer taller científico nacional sobre la temática, que se desarrolló del 1 al 4 de junio en la universidad José Martí de la central provincia de Sancti Spíritus, Kaulard apuntó cuán necesario es ello para la isla.
Le resultan prioritarios, dijo, la aplicación de políticas y el fortalecimiento de capacidades para prevenir los riesgos, al igual que los preparativos para enfrentar los peligros, con el objetivo de reducir su impacto.
En opinión de la funcionaria, Gobierno y población del país comprenden estas necesidades.
Una muestra de ello es precisamente, tal como subrayó, la celebración del citado evento académico, el cual permitió repasar proyectos existentes en Cuba y las buenas prácticas encaminadas a reducir los riesgos de desastres.
Dos de esos proyectos en específico, por su grado de articulación, utilidad y resultados, ameritan una mirada en detalle.
Se trata del "Fortalecimiento del Sistema de Alerta Temprana Hidrometeorológico en Villa Clara y Sancti Spíritus" (Forsat) y de la "Mejora del monitoreo de las cuencas subterráneas y el control del suministro de agua a la población en la ciudad de Santiago de Cuba ante el impacto de la sequía".
Ambos proyectos constituyen iniciativas de cooperación entre las entidades cubanas, asociadas al control y manejo de recursos naturales, el Programa de Preparación ante Desastres del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (DIPECHO) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Prensa Latina accedió a documentación explicativa sobre objetivos, metodología y resultados de las iniciativas, contribuyentes a la reducción del riesgo de desastres comunes en la isla, a partir del trabajo preventivo en lo que a definición de las necesidades y creación de resiliencia frente a futuros impactos.
FORTALECIMIENTO PARA PROTEGER POBLACIÓN Y RECURSOS
Con el objetivo de fortalecer la efectividad del Sistema de Alerta Temprana para eventos lluviosos extremos y huracanes en las cuencas de los ríos Zaza y Agabama, en las provincias centrales de Sancti Spíritus y Villa Clara, Forsat beneficia a cerca de 40 mil personas que viven en sus cercanías.
En la zona, 16 comunidades vulnerables ante el peligro de inundaciones serán más resilientes gracias a esta iniciativa, apoyada por otras agencias de Naciones Unidas y los institutos cubanos de Meteorología y de Recursos Hidráulicos, cuyo quehacer se ve a la vez perfeccionado.
El proyecto eleva la efectividad del Sistema de Alerta Temprana a partir de la mejora de sus componentes priorizados como el sistema de vigilancia hidrometeorológica, la apreciación del riesgo para la toma de decisiones, el aviso público, y la preparación para la protección durante la respuesta a posibles inundaciones.
Estos componentes son a la vez los principales resultados previstos en Forsat, cuyo cumplimiento permitiría proteger más efectiva y eficazmente la población y los recursos económicos localizados en áreas vulnerables. De esta forma, el lema de la iniciativa (Por una comunidad resiliente ante inundaciones) sería una realidad posibilitadora de que situaciones como una ocurrida en 2012 sean mejor enfrentadas.
En esa ocasión, torrenciales lluvias provocaron el mayor llenado que se recuerde de la presa Zaza y la tercera crecida más grande del río Yayabo, causando daños en las poblaciones y en recursos del área.
Ese suceso y la prioridad otorgada a la preservación de las vidas humanas, según Kaulard, también representante del PNUD en Cuba, fueron los detonadores para impulsar Forsat, que cuenta con el apoyo y la participación de los gobiernos provinciales y de la población implicada.
FÓRMULAS PARA UNA MEJOR GESTIÓN DE LA SEQUÍA
La sequía que persistente en Cuba es calificada como la más intensa de los últimos 115 años y aclara la justificación de otro proyecto proresiliencia ante los desastres naturales, auspiciado por el PNUD en la mayor de las Antillas.
Sus consecuencias son evidentes y constituyen una de las causas que afectan seriamente el desarrollo económico del país, agrega, al tiempo que señala la pertinencia de mantener una vigilancia permanente y efectiva sobre las cuencas subterráneas y el control del suministro de agua a la población.
Con ese fin, esta otra iniciativa se enfoca en la ciudad de Santiago de Cuba, una de las más afectadas por la disminución en la disponibilidad de agua.
La región oriental es la más afectada por la sequía, que ha provocado la depresión de las fuentes subterráneas y el secado de ríos y embalses, de los cuales depende el suministro a la población.
En abril del presente año, los embalses que abastecen a los santiagueros sólo llegaban al 17 por ciento de su capacidad útil, motivo por el que este segundo proyecto de gestión de riesgos deviene importante.
Conocer los niveles de las cuencas subterráneas para determinar su estado y los volúmenes de que disponen, a fin de evitar la sobreexplotación y la salinización, dado que son cuencas abiertas al mar, resulta cuando menos útil para enfrentar más certeramente el impacto del fenómeno.
A ello va dirigido con exactitud el proyecto, el que, de implementarse con éxito, beneficiaría no solo a las más de 69 mil 300 personas que se abastecen directamente de estos acuíferos subterráneos, sino también a cerca del 95 por ciento de la población del municipio de Santiago de Cuba, conectado a la red de distribución de agua de la ciudad, quienes reciben el servicio por esta vía.
A TONO CON DESAFÍOS REGIONALES E INTERNACIONALES
Trabajar en pos de la gestión de riesgos por desastres naturales es una actitud coherente con grandes desafíos regionales e internacionales.
En la recién concluida VII Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, las naciones miembros coincidieron en la necesidad de trazar políticas regionales para, mediante la necesaria cooperación, asesoría y consulta, minimizar y enfrentar más efectivamente el cambio climático y los desastres por él potenciados.
En este sentido, la resiliencia de Cuba y la calificación de sus recursos humanos son reconocidos en el área caribeña, condiciones influidas por la importancia estratégica que se le da en el país al tema.
Proyectos como Forsat o el de monitoreo de los acuíferos santiagueros, frutos de la colaboración con el PNUD, contribuyen a que las entidades de gobierno y los sectores claves mejoren su capacidad de gestión para la reducción de riesgo de desastres a nivel territorial.
Ello es coherente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible contemplados en la Agenda de desarrollo global hasta 2030, acordada en la ONU y de la que Cuba es signataria responsable.
* Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina.